Valores bajos y elevados de azúcar en sangre - Diabetes

La glucosa es la forma de azúcar más importante para el cuerpo humano y es la principal fuente de energía para las células del cuerpo. La insulina ayuda a transportar la glucosa desde la circulación sanguínea hasta las células. El control del azúcar en la sangre es crucial en el manejo de la diabetes. Mantener los niveles de azúcar en la sangre lo más cerca posible de los valores normales es un objetivo clave. Según el Instituto Nacional de Salud, los valores ideales de azúcar en la sangre son de 80 a 120 mg/dL al levantarse y antes de las comidas, 180 mg/dL o menos dos horas después de las comidas, y de 100 a 140 mg/dL al acostarse.



Los bajos niveles de azúcar, o hipoglucemia, ocurren cuando los niveles de azúcar en la sangre caen por debajo de 60 mg/dL. Esto puede ocurrir debido a comidas insuficientes, demasiada insulina o medicamentos reductores de glucosa, ejercicio excesivo, consumo imprudente de alcohol, o si la glucosa es eliminada demasiado rápido de la circulación sanguínea. Los síntomas de una hipoglucemia pueden incluir temblores, palpitaciones, hambre, sudor y dolor de cabeza, y si no se reconocen, el paciente puede desarrollar convulsiones, pérdida de la conciencia y riesgo de coma.


En caso de hipoglucemia, es recomendable monitorear inmediatamente los niveles de azúcar en la sangre. Si los niveles de azúcar son de 70 mg/dL o inferiores, o si no hay acceso a las pruebas, se debe seguir la regla de los 15 y consumir 15 gramos de carbohidratos de absorción rápida, como la mitad de una taza de jugo de frutas, tres sobres de azúcar o tres tabletas de glucosa, y volver a monitorear los niveles de azúcar después de 15 minutos. Si los niveles siguen siendo bajos, se debe repetir el tratamiento y volver a monitorear. Una vez que los niveles de azúcar superan los 70 mg/dL, se puede consumir una comida regular o una merienda de carbohidratos complejos y proteínas, como galletas con mantequilla de maní.


La hiperglucemia, o niveles altos de azúcar en la sangre, ocurre cuando los niveles de azúcar superan los 250 mg/dL. Esto puede ser causado por una dosis insuficiente de insulina, una desviación de la dieta recomendada, una enfermedad o infección, o un exceso de estrés. Los síntomas pueden incluir debilidad y fatiga, sed y frecuentes ganas de orinar. En caso de hiperglucemia, es importante monitorear los niveles de azúcar en la sangre y hablar con el médico sobre los ajustes necesarios en la dosis de insulina, los horarios de las comidas, el nivel de actividad física, el consumo de alcohol y la frecuencia de monitoreo de los niveles de azúcar en la sangre. En casos graves, es importante acudir a l centro de salud más cercano.


Si tu nivel de azúcar en sangre es superior a 250 mg/dl, verifica si tu orina contiene cetonas. Las cetonas son sustancias químicas producidas cuando tu cuerpo quema grasa como fuente de energía. La presencia de cetonas en la orina indica que tu cuerpo no está usando adecuadamente la glucosa como fuente de energía y puede estar en peligro de desarrollar cetoacidosis diabética (CAD), una complicación potencialmente mortal de la diabetes.


Si tu orina contiene cetonas, llama a tu médico o enfermera de inmediato. La CAD es una emergencia médica y puede requerir hospitalización para tratamiento. Si no puedes comunicarte con tu médico o enfermera, acude a una sala de emergencias.


Si tu nivel de azúcar en sangre está por encima de 250 mg/dl pero no hay cetonas en la orina, bebe agua y evita los alimentos con alto contenido de carbohidratos. Asegúrate de tomar tus medicamentos según lo prescrito y haz ejercicio de manera regular. Monitorea tu nivel de azúcar en sangre con frecuencia para asegurarte de que esté en un rango seguro.


En resumen, controlar los niveles de azúcar en sangre es esencial para el manejo exitoso de la diabetes. La hipoglucemia y la hiperglucemia son complicaciones comunes de la diabetes y deben tratarse de manera inmediata. Al mantener un plan de tratamiento consistente que incluya medicamentos, alimentos, ejercicio y monitoreo, puedes prevenir estas complicaciones y mantener una buena salud. Siempre consulta con tu médico o enfermera si tienes preguntas o preocupaciones sobre tu plan de tratamiento o tus niveles de glucosa en sangre.


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